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Diferencias entre fumar y vapear con cigarrillos electrónicos

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El mercado de los dispositivos de vapeo evoluciona constantemente. Con la entrada de dispositivos más modernos en el mercado de los cigarrillos electrónicos, ahora, los dispositivos de vapeo ofrecen mayores entradas de aire, sistemas de drenaje más efectivos y potencias considerablemente más altas que logran un rendimiento y unas sensaciones muy superiores a los primeros cigarros electrónicos.

Puedes emplearlos dando las caladas exactamente igual que un cigarro tradicional inhalando “a boca” y también puedes probar a dar caladas más fuertes aspirando de forma directa a pulmón, los vapeadores lo encontramos considerablemente más satisfactorio que vapear a “boca”.

La primordial diferencia entre fumar y vapear, según tiendas de prestigio, como Bon Vappetit que vende sus cigarros electrónicos en Alhaurín de la Torre y Benalmádena (Málaga), es la sustancia que inhalamos:

  • En el cigarrillo tradicional inhalamos humo producido por la combustión del tabaco así como la combustión de los aditivos y el papel que componen el cigarro.
  • En el cigarrillo electrónico, inhalamos vapor producido al calentar el e-líquido. Se produce un cambio de estado de líquido a vapor, jamás hay combustión, por lo que no se generan sustancias nuevas perjudiciales. Este vapor puede contener niveles variables de nicotina que van desde
    0mg/ml a dieciocho mg/ml (nunca recomendamos niveles mayores) que se absorbe mediante la boca y los pulmones.
  • La sensación en garganta (golpe) que genera la inhalación del humo de tabaco es uno de los aspectos agradables de fumar. En este sentido, no hay ninguna diferencia entre fumar y vapear: la sensación en garganta es afín, considerablemente más agradable aun vapeando, pues debido a la variedad de aromas libres se obtienen buenas sensaciones y un sabor realmente agradable con el vapeo. Asimismo, dependiendo del nivel de nicotina del e-liquid saciaremos de forma inmediata nuestra necesidad de nicotina. La aparición de las “Sales de nicotina” favorece una rápida absorción de la nicotina y un “rascado de garganta” mucho más suave que la nicotina base de los líquidos tradicionales.
  • El sabor no es exactamente igual porque no lleva humo, ni alquitrán, ni tolueno, ni amoníaco, ni las otras miles y miles de substancias dañinas que lleva un cigarrillo, mas tras un corto periodo de adaptación, te darás cuenta de lo mal que sabe el tabaco verdaderamente.

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