A veces pensamos que el divorcio es algo catastrófico, pero no es así. Tiene un lado positivo por supuesto. Quizás, realmente sea lo mejor para ambas partes. Pues solemos creer que solo una quiere romper y la otra continuar, quedando con el sentimiento de “traición” en su corazón. Pero, también hay casos en que reconocer que la relación debe romperse y contratar en un abogado de divorcios en Málaga.
Cuándo la vida en pareja desaparece por el ocio o el trabajo
Cuando las actividades en pareja se van difuminando y se presta más atención a tus intereses personales por encima de la vida en pareja. Cuando el ocio tiene una parcela mayor que la de estar con tu pareja, es un mal signo. Al igual sucede cuando el trabajo desplaza el tiempo de pareja.
Los problemas se acumulan y nunca se resuelven
Todas las parejas tienen problemas, es algo normal. Lo que no se pueden permitir es que esos problemas nunca se solucionen o se llegue a un acuerdo. Algunas parejas lo solucionan todo mediante el sexo, pero una relación sana se debe de basar en la comunicación, en el diálogo, y sobre todo en la voluntad de encontrar un punto de bienestar en común y hacer pactos y tratos que beneficien la relación en ambos lados.
No hay sexo
Es normal que después de años de relación la apetencia sexual por tu pareja no sea tan fogosa como al principio. La rutina, las costumbres y el día a día van, “apaciguando” este fervor carnal del principio. Pero una relación sin sexo, no es una relación de pareja, es una amistad.
No hay que mendigar sexo, ni chantajear, ni comercializar con ello, como vía de conseguir cosas en la relación, y por supuesto, estás en tu derecho de reclamar más atención por esa parte, pues el sexo es una necesidad básica, que también requiere ser cubierta. Si no lo es, podría influir en otros aspectos de la relación deteriorándola por completo.
Maltrato psicológico o físico
“No se trata de quererme mucho, sino de quererme bien” Esta es una de las razones obvias, aunque también la que solo beneficia a uno a priori, también beneficia al “maltrador” que puede tener la oportunidad de reflexionar, de cambiar, o corregir sus actitudes para una relación futura.
No siempre se trata de maltrato físico, que es el más evidente. Hay hombres y mujeres que, mediante el chantaje, el insulto, el desprecio, la amenaza, machacan psicológicamente a su pareja. Esto, no es una relación sana, y no se puede permitir.
En todos estos casos, y si se ha intentado solucionar y aún continua, lo mejor es el divorcio, antes de que las cosas empeoren y pedir asesoramiento a un abogado especialista en divorcios. Tu corazón te lo agradecerá.