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Combatir los dolores de cuello y espalda con la natación

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La práctica de la natación es sana a muchos niveles, ya que además de ser un ejercicio de estiramiento activo, simétrico y dinámico, es una actividad muy completa.

La natación, además de ser una disciplina deportiva, se ha configurado como una hidroterapia, es decir, un tratamiento que emplea el agua de manera terapéutica. Tanto es así que cuando acudimos al médico con dolores de espalda o cuello, en la mayoría de los casos nos recomienda esta hidroterapia. Veamos por qué la natación es beneficiosa para mejorar nuestra salud y en qué casos podemos practicarla.

Los beneficios terapéuticos y rehabilitadores de la natación

La práctica de la natación es sana a muchos niveles, ya que además de ser un ejercicio de estiramiento activo, simétrico y dinámico, es una actividad muy completa. Con hidroterapia podemos combatir el sedentarismo y mantenernos en forma, o simplemente liberarnos del estrés debido a la profunda y controlada respiración que exige su desarrollo.

Entre sus principios rehabilitadores hemos de destacar la capacidad que tiene la natación de fortalecer el cuello y la espalda. Además, al no ser un ejercicio que requiera gran resistencia, suele ser muy recomendable para mitigar gran parte de las dolencias de cuello y espalda.

Otro de sus beneficios es que no es una terapia que resulte agresiva con nuestra columna vertebral, por lo que cualquier persona sana puede practicar este ejercicio. Eso sí, siempre que se realice habrá que evitar los giros y movimientos bruscos, así como levantar el cuello en exceso o mantener en tensión la zona lumbar. Por supuesto, hay que ir poco a poco, sin cansar nuestro cuerpo ni sobrecargar la columna o los músculos.

Quiénes pueden practicar la natación con efecto terapéutico

La natación está recomendada en aquellos casos en los que se sufra de las siguientes dolencias:

  • Tensión muscular y nerviosa
  • Dolores de espalda causados por una hernia de disco, nervios pellizcados y espolones óseos u osteofitos
  • Lesiones de columna, como escoliosis
  • Dolores lumbares como consecuencia de enfermedades degenerativas de disco
  • Cansancio
  • Dolores generalizados

Pero no todos los dolores pueden tratarse con esta hidroterapia. Hay dolores concretos y puntuales que requieren de un tratamiento específico, tratamiento que deberá ser recomendado por un médico especialista. Por ello no se recomienda en caso de pinzamientos y bloqueos articulares, ya que este ejercicio perjudicará más si cabe la articulación dañada.

Tampoco es aconsejable practicar la natación en casos en los que tenemos inflamación de espalda, hombros o cuello, así como dolores muy agudos o lesiones en el cuello. En estos casos, lo mejor siempre es consultar con nuestro médico. Él nos informara sobre la mejor terapia a seguir.

Del mismo modo, aquellas personas que tengan lesiones en músculos, ligamentos o tendones deberán abstenerse de recurrir a esta hidroterapia. Su práctica podría agravarlas más, siendo por tanto perjudicial para su salud.

La natación como terapia de agua es un tratamiento sumamente útil para contrarrestar los dolores de cuello y espalda a la par que fortalece la musculatura sin dañar nuestra columna, pero no todos los dolores de espalda pueden tratarse con natación. Por eso mismo, es recomendable que acudamos siempre a un médico cuando sintamos dolor en esta zona del cuerpo. Será él el que valorará si nuestra dolencia puede ser o no tratada con este sano ejercicio.

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